¡No sigais falsos mesias!
No sigáis a falsos Mesías
En una ocasión cuando regresaba de Temoris a Chihuahua, en el Chepe, un par de asientos adelante, venía un hombre de entre 75 y 80 años, contando cuanto chiste se le ocurría, yo al menos no paraba de reír. Cuando el hombre ya cansado había optado por el silencio, súbitamente se irguió y jalando a un jovencito que lo acompañaba, señalando la ventana le dijo “Mira un hato de borregos”, luego de un instante, volvió a decirle “Mira un hato de cabras,” y más adelante “Mira otro hato de burros”, y casi inmediatamente, “Mira un hato de pendejos tras los burros”.
Esto viene a mención porque si bien los seres humanos como entes sociales sólo podemos sobrevivir en grupo, ya sea grande o pequeño, también es cierto que a menudo exageramos nuestra dependencia a esas sociedades, tanto que cedemos nuestra voluntad, nuestra voz y hasta nuestro futuro al capricho de otras personas, y muy frecuentemente nos vemos como ese “hato de pendejos siguiendo burros.” -no siempre son burros, a veces seguimos bueyes, marranos, etc. El chiste es no quedarse solos-.
Quienes se autoerigen como líderes, y por tener un puesto público, asumen que tienen el destino manifiesto de pastorear al pueblo, no se han percatado de lo dramáticamente rezagados que se han quedado. Su liderazgo hoy más que nunca es duramente cuestionado. La ineptitud de sus acciones, lo disparatado de sus propuestas y sobretodo lo falso de su discurso hace dudar a la ciudadanía si seguirlos o simplemente dejarlos pasar. –yo si paso- Cuando ocasionalmente aparece un Mesías y el pueblo se agolpa a seguirle, pronto se decepciona. El poder trastorna y transforma. “hasta el más chimuelo masca chicle”.
Luego de las elecciones estatales quedó de manifiesto que los ciudadanos, ya no somos tan crédulos; ya no tan fácil nos arrullan, -al menos si hemos de vender el voto tendrán que darnos más que un lonche y un frutsi-. El problema es que muchos de los diputados ni siquiera un calendario 2007 nos dieron. Los beneficios de una ley electoral hecha a la medida de estos “ñeros” les ha permitido por años ocupar un curul sin haber hecho campaña, y al no deberle su puesto al pueblo pues sólo legislan para su propio interés y el de su partido. Igual ocurre con la mayoría de los funcionarios públicos que se cambian de puesto como de calcetín, -a algunos el calcetín ya les apesta, como que ya les hace falta un cambio- y regularmente vemos licenciados dirigiendo la educación, agrónomos al frente de oficinas contables o maestros asesorando al campo. Nuestros hijos en las escuelas tienen abogados dándoles clases de matemáticas y el de educación física da computación.
–les enseñan a manejar las computadoras con las patas- En fin, la política profesional a suplantado a la profesionalización del servicio público; y no es un asunto de perfil de lo que hablamos sino de compromiso, un maestro puede asesorar al campo si alguna vez se ensució las manos en un arado. El problema es que los más de los funcionarios, carecen de ese compromiso, llegan a un puesto con la mira en el hueso de más arriba.
__incluso ni desempacan su cuadro de la familia feliz__ Otros crean su propia agencia de colocaciones, acomodan a sus amigos en puestos que desconocen y a los más capaces los rezagan o los despiden; pregúntenle a Octavio Garibay que está tan seguro que se queda que ya empezó a hacer su equipito, corriendo a quienes no le rinden tributo, algunos ya hasta lo conocen como “El pavo Garibay” __porque se pavonea como pavo en primavera__
. Pero que alguien le avise que a los pavos se los cenan en navidad.
Mientras tanto el pueblo a todo se acostumbra, es capaz de lidiar con cualquier astado, sea de la ganadería que sea: verde, azul o tutifruti. El problema es que en esa actitud acomodaticia hemos perdido nuestra autoridad como ciudadanía. Esperemos que pronto nos demos cuenta que podemos seguir a cuanto burro, buey o vaca nos pongan al frente, pero si no nos convence pues sepamos hacer una rica barbacoa ¿o no?